miércoles, 15 de julio de 2015

OTROS VERANOS

¡GRACIAS ELVIRA, POR TANTA BELLEZA!

Huele esta tarde
igual que aquellas 
cuando nos bañábamos en el río
y salíamos
con los labios morados
a comer en la orilla el bocadillo.
Pero entonces,
sin saber siquiera
lo que eran
conexión ni cobertura,
para comunicarnos bastaban
los ojos y la sonrisa,
dos botes viejos
y una cuerda.


(Elvira Laruelo)